¡Bienvenidos de vuelta! ¿Les ha pasado que muchas veces las definiciones de temas con respecto a la salud no son muy claras y tienden a confundirlos? Seguramente es el caso con enfermedades ocupacionales y enfermedades profesionales, que aunque parecen significar lo mismo, son diferentes y aquí te explicaremos por qué.
Para comenzar, todas las empresas se ven en la obligación de velar por la salud de sus trabajadores esto incluye desde antes que comiencen sus actividades laborales en la empresa, durante su trabajo y después de que este termine. Es por eso que se tiene exámenes preventivos para verificar que la salud de los empleados esté en óptimo estado y no se vea perjudicado por algún factor de riesgo. Sin embargo, existen dos tipos de conceptos que son las enfermedades ocupacionales y profesionales.
¿Qué es una enfermedad profesional?
Comenzaremos definiendo lo que son las enfermedades profesionales. Estas son aquellas que son contraídas por el trabajo mismo. Para poder especificarlo mejor, existen 6 grupos de enfermedades que separan las enfermedades profesionales.
Tipos de enfermedades profesionales
- Enfermedades producidas por agentes químicos.
- Producidas por agentes físicos.
- Enfermedades provocadas por agentes biológicos.
- Enfermedades dermatológicas como consecuencia de la actividad laboral.
- Provocadas por la inhalación de sustancias.
- Enfermedades producidas por agentes carcinogénicos.
¿Qué es una enfermedad ocupacional?
Por otro lado, las enfermedades ocupacionales son aquellas que se encuentran dentro de los grupos mencionados anteriormente pero que aun así son causadas por el trabajo o el entorno laboral. Entre ellas se encuentran los riesgos psicosociales que tienen que ver con el estrés o incluso las derivadas de desarrollar una actividad en un lugar con síndrome del edificio enfermo.
En estos casos, el trabajador tiene derecho a recurrir por vía judicial para que se considere como una enfermedad producida por la actividad laboral o como un accidente laboral. Aunque para ello es necesario que consiga demostrar la relación entre los síntomas de la enfermedad y el trabajo.
Y recuerden que para evitar cualquiera de estos dos tipos de enfermedades, es importante contar con medidas preventivas. Por ejemplo, mediante una evaluación de riesgos laborales y una planificación precisa de las actividades preventivas que se deben tomar.
¡Hasta la próxima nota!